Viajar y Contar

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La Hermandad de Valvanera se fue a Covadonga

La popular e histórica Hermandad de Valvanera, cuya imagen titular preside el altar mayor de la parroquia de San Benito y es Patrona de La Calzada, organizó una peregrinación a Covadonga. En este época estival la "agencia" Real-Marín, viajes con ellos hasta el fin y con Dori al frente -Adoración Montes, la hermana mayor--, hasta el Oriente...", siempre prepara un viaje que tiene como meta el rendir homenaje a María en sus diferentes advocaciones. Si hace dos veranos la peregrinación llegó hasta la misma Valvanera en la Rioja, esta vez los excursionistas, feligreses de San Benito, viajaron hasta Asturias para orar ante la Virgen de Covadonga, allá en la cueva situada en los Picos de Europa.

Al frente de la expedición figuraba el párroco del Sagrario y canónigo de la Catedral de Sevilla, José Marín, con Dori Montes y Elisa Real que, además, cuentan las dos con buenos peones de briega para que todo salga a las perfección.

ENTRAÑABLES CONVIVENCIAS

Hasta llegar a Covadonga -el grupo de Valvanera realizó un largo trayecto en autocar de la Empresa "Hermanos Cúchares" de Las Cabezas de San Juan--, los peregrinos visitaron Cáceres, hicieron noche en Salamanca, recorrieron Astorga y acamparon en Oviedo, en la residencia de las Esclavas del Sagrado Corazón. En la larga travesía desde Sevilla a Asturias hubo convivencias entrañables, ocurrencias agradables, las misas de José Marín en las residencias, los populares chistes de Manolo Vallejo y una agradable y sana armonía. Ora et labora, pero también se comía bien a todas horas. El cura Marín era feliz con su gente y Elisa e Ignacio, su marido, siempre estaban pendientes de todos los peregrinos. Se disfrutó a cada paso -y se anduvo tela marinera por esos parajes históricos y monumentales--, pero todos aguantaron de manera estoica las visitas a catedrales, monumentos, zonas históricas y hasta edificios prerrománicas. Todo estos buenos carteles fueron mostrados por expertos guías que nos marcaron para siempre lo que recogieron nuestras retinas.

FIESTA MARIANA EN COVADONGA

La Hermandad sevillana de Valvanera llegó a la meta fijada en este viaje, que era rendir homenaje a la Virgen de Covandoga. En la misma cueva donde se encuentra la venerada imagen tan vinculada a Don Pelayo se celebró una solemne eucaristía que presidió el sacerdote José Marín. La hermana mayor, Dori Montes, así como Elisa Real y otros miembros destacados de la Junta de Gobierno, ocuparon sitio preferente en este santo lugar mariano. El canónigo de la Catedral, en la homilía, habló de la devoción a María en todos los rincones de España, pero se refirió a nuestra Tierra de María Santísima, a la Virgen de Valvanera, Patrona de la Calzada, y, como era la fiesta del Carmen, a esta devoción tan popular y extendida. Misión cumplida de la peregrinación. Nadie podía ocultar la inmensa alegría que se reflejaba en los rostros de todos los viajeros.

EL GRUPO DE VALVANERA QUE FUE A COVADONGA

A las siete de la mañana emprendió viaje a Asturias el grupo formado por los cofrades de la Hermandad de gloria de Valvanera. Desde la calle Luís Montoto, junto a la parroquia de San Benito, partieron los peregrinos sevillanos con el corazón abierto y con muchas ganas de hacer kilómetros por la piel de toro de nuestro país, que para eso hay en las carreteras tantos buenos "morlacos negros" de Osborne, que es como un patrimonio nacional que forma parte del paisaje natural de nuestra querida España.

Como máximo responsable del grupo iba el párroco del Sagrario y canónigo de la Catedral, José Marín, que además es director espiritual de la Hermandad sevillana de Valvanera. Al frente de la expedición, como no faltaría más, la hermana mayor, la popular Adoración Montes, y como coordinadora de toda la expedición, porque con su labor se ha hecho posible este nuevo desplazamiento, Elisa Real, que forma parte de la Junta de Gobierno de esta institución que tiene su sede canónica en la Iglesia Parroquial de San Benito.

Aunque el grupo partió con 35 viajeros desde Sevilla, en Castilla y en Asturias se agregaron varios simpatizantes de Valvanera. Es decir, que el colectivo fue engordando por el camino, sin contar los platos de "Maragatos" de Astorga, que puso a algunos con varios quilitos de más.

La lista de pasajeros para esta vía gloriosa y mariana desde Sevilla a Covadonga fue la siguiente:

José Marín
Manuel Vallejo
Francisco Alonso Palazón
Carlos Morán
Adoración Montes
Mercedes Martín
Luís Molina
Aurora Cañete
Ángel Uruñuela
Maria Carmen Álvarez
Manuel Arias
María Miranda
Raimundo Iglesias
Ángeles Velásquez
Enrique Gutiérrez
María Luisa Gómez Martínez
José María Jurado
Isabel Ganaza
Manuel Martínez
María José Díaz
José Gordillo
Sacramento García
Ignacio Vega
Elisa Real
María Ángeles Rodríguez
Manuela Martín
Mari Carmen Subirón
Antonia Redonda
Rosalía Galán
Mari Carmen Martínez
Amparo Pérez
Dolores Gallo
Fernando Gómez
Remedios Orúe
Andrés Torres
Conchi Presa
Marisa Antas


TODO FUE POSIBLE EN ESTA PEREGRINACION DE VALVANERA

En este extraordinario viaje organizado por la Hermandad de Valvanera ha ocurrido de todo. Hasta se nos puso malita nuestra hermana mayor, Dori Montes, que tuvo que meter en el bolso un rollo de papel higiénico y comer arroz en blanco y beber manzanilla durante algunos días para poder superar los efectos del cambio de agua y del clima.

Quien nos ha sorprendido gratamente en esta excursión ha sido el párroco del Sagrario y canónigo de la Catedral José Marín --¡vaya cómo está el cura de la diócesis de Sevilla!--. Si el cardenal Amigo Vallejo se transforma en Lourdes, el director espiritual de la Hermandad de Valvanera, además de cantar mejor que Alfredo Kraus, sabe contar buenos chistes blancos y amenizar las convivencias mejor que Pedro Soberas.

El grupo de Valvanera ha dejado una brillante huella. Ha habido entre los viajeros, mucha gracia y salero. Manuel Vallejo alegró las tertulias con sus viejos chascarrillos; Mari Carmen Subirón, poeta, escritora y maestra, sorprendió nuevamente con sus letras y sus poesías; Enrique Gutiérrez despertó a todos con el "caballito bandolero" de Antonio Molina e Ignacio Vega cantó por sevillanas con aires muy saltereños. No faltó de nada en este viaje a Asturias, que recogió siempre la inquieta cámara de vídeo de José Mari Jurado.

Comer se ha comido de todo. El cochinillo en Salamanca; el maragatos en Astorga; la fabada en Asturias y el arroz con conejo en Tordesillas... Todos los ricos manjares fueron bien regados con vino y otros licores. La sidrina en Oviedo, con esos culines que tanto le gustó a Manolo Martínez, estuvo apta para hacer buena y gratísima "combebencia".

El plato fuerte de la peregrinación, al margen de todas las metas marcadas, fue la fiesta celebrada en la Residencia de las Esclavas del Corazón de Jesús, en Oviedo. Todo el grupo de religiosas se volcó con la expedición sevillana: María Isabel Hitos, la madre superiora; Anunciación Ortega, la ecónoma; Carmen García; Victoria Chusa, la cocinera; Maria del Carmen Joaquín; Ignacia Arsuaga; Ana Otaerri; María Dolores Buseda; María Lombas; Ludivina; María Pagaza; Rosario Soto; Aurora Chao -con 99 años de edad--; y María Luisa Sanmartín. Estábamos todos en sus santas manos.

Si en la emotiva y agradable fiesta final de nuestra estancia en Oviedo nos sorprendió el cura Marín y el saltereno de San Benito Ignacio con las sevillanas "alemanas" -¡tela de salero!--, el plato fuerte de esta entrañable velada -dedicada a las cármenes--, fue las sevillanas que bailó la superiora de esta residencia de las Esclavas, Maria Isabel Hitos. ¡Vaya clase y vaya estilo! Tuve la fortuna de ser su pareja.

La religiosa llegó hasta la cuarta sevillana y demostró que tiene sangre andaluza. Casi sale a hombros de la "plaza" ovetense, como los buenos artistas.

Podíamos escribir un libro con todas las anécdotas y convivencias. Cada viajero y viajera, cada peregrino y peregrina, aportó su granito de arena para pasarlo lo mejor posible. En el grupo había mayoría de sevillistas, pero los béticos, como Carlos Morán, eran más ruidosos. Palanganas y verderones se unieron ante el monumento a "la loba" - como la del paso de la Presentación--, situada junto al acueducto de Segovia, porque al final todos son "pilateros". Las tunas en la Plaza Mayor de Salamanca le dedicó la canción "Se han clavado dos cruces en el barrio de Santa Cruz..." a la hermana mayor de Valvanera.

Y como siempre, en el epílogo, Elisa Real, ajustó las cuentas a todos. Es el The End".

FERNANDO GELÁN

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