Viajar y Contar

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Viajar y Contar : Desde Tánger a Marrakech

Viaje cultural del Hogar Canario a varias ciudades de Marruecos

El Hogar Canario en Sevilla, que preside Purificación Benavente, programó días pasados otro de sus viajes culturales para los socios de esta popular entidad. Desplazamiento interesante a tierras de Marruecos, con todos sus atractivos culturales y turísticos y sus notables progresos económicos. Un grupo de unas treinta personas formaron parte de esta ruta por las tierras del vecino país. Tánger fue el punto de partida para cubrir, desde esta ciudad tan variopinta, un recorrido de más de 2.000 kilómetros entre la ida y la vuelta a la población donde comenzó el periplo turístico. El grupo de socios del Hogar Canario en Sevilla estaba con enormes deseos de vivir intensamente el día a día de los numerosos sugestivos itinerarios. El autobús tomó con toda prudencia las carreteras marroquíes para llegar dentro del horario establecido a las ciudades donde cada día se hizo parada y fonda. Después de dejar Tánger, casi pegadito a las montañas que forman el Atlas -la espina dorsal de una cordillera de la cual dicen los nativos que es una bendición de Dios--, se llegó a Fez. Aquí, en esta población, se realizó una visita a la medina donde se pudo comprobar el enrevesado grupo de callejuelas en las que se concentran los típicos comercios con exposición de la amplia artesanía local. Asombró a todos el hondo patio donde se fabrican los tintes para las pieles. Para soportar el fuerte olor a descomposición entregan a cada visitante una ramita de hierbabuena. Al menos, así se lo comentaron a los miembros del grupo canario, Se aguantó el tipo. Era interesante ver "in situ" toda la casera ingeniera puesta al servicio de la tradición más profunda. Dentro de la medina, el clásico regateo en la compra de artículos, cuyo chalaneo forma parte del ser o no ser del comerciante marroquí.

En cada almuerzo y en cada cena, el grupo realizaba un amplio análisis sobre todo lo visto y oído. Purificación Benavente, presidenta del Hogar Canario en Sevilla, era quien en las comidas exteriorizaba las agradables vivencias en Marruecos. Entre los viajeros había un grupo de cofrades de Sevilla, como José Manuel Fernández-Palacios, hermano mayor de San Roque; Manuel Moraleda, ex secretario de la Hermandad de la Esperanza de Triana; Federico Serrano, también cofrade de la Cofradía de Los Marineros; José Luís Quesada, que fue costalero de esta Hermandad de la calle Pureza , y el doctor Antonio Rico, que también es notable cofrade de Sevilla. Era lógico hablar de hermandades y cofrades en Marruecos. Sobre todo, porque en Fez nos enteramos de la designación de Enrique Esquivias, actual hermano mayor del Gran Poder, para pregonar la Semana Santa de Sevilla, según el Consejo de Hermandades que preside Manuel Román. Al `parecer, el máximo rector de San Gregorio fue el más sorprendido cuando al realizar el ejercicio democrático de las votaciones saltó a la palestra el nombre del cofrade del Gran Poder. Hasta entonces ganaba el periodista Burgos.

MARRAKECH ESPECTACULAR

Tras abandonar Fez, la expedición del Hogar Canario continuó viaje hasta la ciudad de Marrakech. Asombrosa población. Espectaculares todas sus edificaciones que están pintadas en ese singular y tradicional color de la tierra. Es un tono salmón, que también se interpreta con más o menos fuerza y en diferentes tonalidades. Es justo que el conjunto de la ciudad de Marrakech haya sido declarado patrimonio universal por la UNESCO en 1985. Aunque presumen de "La Koutoubia" --la torre--, que dicen que sirvió de modelo para la construcción de la Giralda de Sevilla, podemos decir que este alminar de Marrakech está bastante lejos de tener algún parecido con nuestra torre hispalense. Y mucho menos que digan que son gemelas. La Giralda de Sevilla no tiene comparación con los alminares de Marruecos.

Impresiona la medina de Marrakech, mucho más abierta y variada que la de Fez , que estaba oscura y llena de peligrosos laberintos. Al ser una ciudad muy turística, el comerciante nativo es más atento y cordial con los futuros clientes. Se mantiene el mismo ritmo de oferta y demanda. El más listo en el regateo es quien se lleva el gato -hay muchísimos en Marruecos-al agua de la cesta de la compra. Entre euros y "dirhams" -la moneda del país--, anda el juego.

La gran plaza o extensa explanada de Marrakech -Jemaa El Fna--, a la que se llega tras dejar el zoco, es tremendamente espectacular. En este amplísimo espacio al aire libre hay una especie de feria permanente mañana y noche. Cientos de puestos, parecidos a los de los churros que se instalan en la Feria de Sevilla, pero con múltiples artículos comestibles para consumirlos alrededor de amplias y tertulianas mesas. Desde el pinchito al cordero, pasando por el laborioso "cuscús", con todas las especies más variadas. Dentro de aquel maremágnum, en esta plaza abierta de Marrakech, hay también decenas de puestos ambulantes que sirven sabrosas naranjadas y aromáticos vasos de té; jóvenes marroquíes que pintan o graban en cualquier parte del cuerpo selectivos y exuberantes tatuajes; decenas de encantadores de serpientes y avispados y variados tipos de charlatanes que adivinan el futuro o te venden la "burra" de turno.

LA TURISTICA CHEZ DE ALI

También la noche de Marrakech es joven. Se preparó para el grupo formado por los socios del Hogar Canario de Sevilla una cena con todos sus avíos tradicionales. La expedición se trasladó desde el hotel hasta los terrenos de Chez Alí, en las afueras de la ciudad, donde caben más de 2.500 personas. El recinto es como Robles Aljarafe, pero multiplicado por diez. Además de las cuevas en las que se han montado una exposición de artesanía y costumbres marroquíes y un elevado número de edificaciones de estilo hispanoárabe, existe, igualmente, una serie de gigantescas tiendas de campañas -"haymas"--, colocadas alrededor de una especie de campo de fútbol, sin porterías, pero con graderíos.

Al llegar a Chez Alí, todo el personal que va a intervenir en la cena-espectáculo, incluidos camareros y camareras -todos con trajes típicos--, reciben a los visitantes. Destaca en esta muestra turística los jinetes que representan a los grupos de "béreberes", luciendo sus clásicos atuendos, montados a caballo y con viejas y revolucionarias escopetas.

Sopa calentita "harira" del final del "Ramadán" -algo picante--; cordero o ternera bien condimentada, el célebre puchero del "cuscúc" con pollo, garbanzos, zanahorias, variadas verduras y cereales, postre de hojaldre con crema marroquí y abundante fruta. Y vino. Un tinto o clarete de la tierra que los locales consumen muy poco o nada, pero que se exporta principalmente a Francia. Toda la cena transcurrió bajo la carpa de las tiendas adornadas de tapices y colgaduras, pero agradablemente amenizada por variados grupos folklóricos que interpretaban música popular de Marruecos, con bellas danzarinas vestidas con tules y brillantes lentejuelas. En esta tierra vecina, el Gobierno de Mohamed VI cuida enormemente la música de Al-Andalus.

Y después de la opípara cena tradicional, el gran espectáculo en el espacioso rectángulo de juego. Fue digno de admirar en Chez Alí a los grupos de béreberes a caballo en unas exhibiciones muy creativas y arriesgadas; a las jóvenes marroquíes ofreciendo sus danzas de siete velos y el numeroso elenco teatral que formó parte de un montaje donde llamó la atención el fuego, la pólvora de los rifles de los béreberes, la proyección audiovisual de la alfombra voladora y la fina cohetería que cerró toda la representación preparada para los turistas.

CASABLANCA SIN BOGART

Cerca de cuatro millones de habitantes viven en Casablanca. Es una ciudad al más puro estilo europeo. Es la gran urbe de los negocios y la economía. El sesenta por ciento de las empresas del país tienen su residencia en esta monumental ciudad donde se celebran congresos internacionales y se reúnen científicos, industriales y hombres de negocios de todo el mundo. Edificios altos en las zonas más modernas de la ciudad y espacios residenciales en los sectores de Casablanca que están próximos a la espléndida playa bañada por aguas del Atlántico. En esta ciudad, en el año 1943, se reunieron Mohamed V y un joven príncipe llamado Hassan II, con Roosvelt, Chúrchil y De Gaulle, con motivo de la conferencia de Anfa. La película Casablanca de Humphrey Bogart e Ingrid Bergman, cuyos interiores y exteriores se rodaron íntegramente en los estudios de la Warner Bros , creó, sin embargo, un auténtico mito universal sobre esta población marroquí. El famoso Café Ritz sólo existió en la fantasía de Michael Curtiz, pero una réplica de aquel mítico establecimiento, con este título, se encuentra en uno de los principales hoteles de Casablanca. ¡Tócala Sam!

En esta gigantesca población, Hassan II, con el apoyo económico de los ciudadanos marroquíes y de instituciones universales, ordenó la construcción de la Mezquita más grande del país. Tiene capacidad para albergar a 25.000 personas en su interior y a 80.000 ciudadanos en su exterior. Predomina especialmente el estilo hispanoárabe, y el coloso alminar o minarete -especie de gigantesca Giralda de Casablanca--, tiene una altura de 200 metros . La torre de la mezquita que lleva el nombre de Hassan II llama la atención por su magnitud. Sin embargo, para los ojos imparciales de quien contempla con detenimiento esta obra, la torre de Casablanca es excesivamente desproporcionada.

RABAT IMPERIAL

Y Rabat. Esta ciudad es hoy la capital política de Marruecos. En esta población reside el rey Mohamed VI y en ella se ubican los diferentes ministerios del Gobierno alauita. Curiosamente, en las orillas del río que divide las ciudades de Rabat y Salé -algo así como si se tratara de Sevilla y Triana dividido por el Guadalquivir--, se realiza actualmente, como en la ciudad hispalense, una renovación del puerto en el Bou Regreg, con zonas recreativas y deportivas, hoteles, residencias y hasta la construcción de un metro para esta población.

Está muy cuidada toda la zona donde se levanta el Palacio Real. Y visitada, muy visitada, el mausoleo donde descansan los restos de Mohamed V y Hassan II, cuyo monarca fue quien dedicó este monumento funerario a su padre. La independencia de Marruecos llegó en el año 1956, tras los acuerdos políticos. Con anterioridad a esta época, en 1912, España y Francia, especialmente el gobierno del país galo, coordinaron las llamadas zonas de los Protectorados de Marruecos. Sin duda alguna, la huella francesa aún perdura en este país, porque numerosos hoteles, restaurantes y cafés públicos llevan nombres franceses. Sin embargo, gran parte de los edificios tradicionales fueron realizados según el estilo hispanoárabe o hispanomarroquí, conocidos en Sevilla, Córdoba y Granada. La moderna Mezquita de Casablanca es una réplica de la arquitectura árabe de Andalucía. Con motivo de la independencia marroquí, el hasta entonces sultán Mohamed V alcanzó el título de rey de Marruecos.

Una de las zonas más singulares de Rabat es la Alcazaba. En este barrio de la capital de Marruecos se concentraron la mayoría de los españoles que residían en Andalucía y que decidieron abandonar la región andaluza tras su incorporación al Reino de Castilla. Después de pasar por una amplia puerta de estilo hispanoárabe, muy parecida en su concepción urbanística a la del Patio de la Montería del Alcázar sevillano, pero con el clásico color generalizado de la tierra marroquí, este barrio español en Rabat está formado por casitas de una o dos plantas, pintadas en su mayoría en blanco -la parte principal de las fachadas--, y azul -lo que se conoce como zócalos--. Las calles tienen varios niveles y hay múltiples escaleras para cubrir los diferentes desequilibrios de los itinerarios. En la mayoría de los edificios hay amplios patios con macetas y plantas y desde las azoteas caen sobre las calles numerosos tipos de plantas y flores de enredaderas. Hoy, en este barrio español de Rabat viven especialmente artistas -pintores y escultores-y artesanos.

PUNTO FINAL

Vuelta a Tánger para regresar por barco a Tarifa. 2.000 kilómetros por carreteras y autopistas. Se ha podido ver el Marruecos profundo, con todas sus glorias y miserias, y el Marruecos tradicional y moderno. Es un país en expansión que aún basa su economía en la agricultura y que mantiene una artesanía clásica con sus tapices y sus artículos de bronce. Marruecos exporta especialmente fosfatos. Estados Unidos compra este producto para investigaciones nucleares. También hay hierro marroquí para exportar.

Purificación Benavente, presidenta del Hogar Canario en Sevilla, realizó un análisis final del viaje a Marruecos. Positivo desplazamiento porque hubo una agradable convivencia en cada ciudad visitada. No faltaron, por supuesto, el cante y el baile por sevillanos. Fue el mayor atractivo social desplegado por los sevillanos-canarios en el Hotel Le Tafilalet de Marrakech.

Fotografías (pulse sobre cualquiera de ellas para ampliar información)

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